Para que se consiga el desarrollo económico perfecto en un país o en una región, tiene que haber industria. Es una necesidad absoluta, un requerimiento para que una zona geográfica tenga la capacidad de ofrecer empleo a sus habitantes y dinero a sus empresas, de tal modo que los primeros puedan tener un proyecto de vida y las segundas puedan seguir trabajando y generando riqueza. Cuando estas dos cosas ocurren en el mismo lugar, decimos que esa zona es próspera. Y hablar de prosperidad, dentro del mapa geográfico español, es hacerlo de una comunidad autónoma como Cataluña. Siempre que hablamos de las comunidades autónomas ricas de nuestro país, esta es una de las que antes aparece en nuestra mente.
No en vano, una noticia publicada en la página web del diario Ara aseguraba que Cataluña es la comunidad autónoma que más aporta a la producción industrial del Estado. La noticia se publicó en febrero del año pasado, pero lo cierto es que los datos siguen refrendando en la actualidad lo que se decía entonces, que estamos hablando de una zona potente a nivel industrial tanto para nuestro país como también para el conjunto de la Unión Europea. En Cataluña hay empleo, hay riqueza, hay futuro y hay prosperidad. Por eso son tantas las personas que anhelan vivir en cualquiera de sus pueblos o ciudades. No es una simple cuestión turística.
Ser una región potente a nivel industrial no solo tiene que ver con el hecho de que haya un montón de fábricas en nuestro suelo. También tiene mucha relación con hacer las cosas bien. Y de eso hay una cultura muy potente en Cataluña. Las empresas no hacen las cosas de cualquier manera, sino que trabajan bien. Se invierte en maquinaria, en la seguridad de los trabajadores, sin tener unas instalaciones y una tecnología lo más modernas posible. Eso, como no podía ser de otra manera, influye en los resultados. Y es precisamente esto lo que hace que muchísimas personas confíen en productos manufacturados en Cataluña. No es para menos, la verdad.
La confianza que muchas personas demuestran tener en los productos manufacturados en Cataluña no solo depende tampoco de la calidad de las materias primas que se usan para confeccionar esos productos. Vamos a entrar en un tema que nos interesa mucho y es el de la seguridad de los productos. Cataluña es una región que destaca porque sus empresas de corte industrial apuestan más que ninguna otra por la seguridad de los productos. Las empresas catalanas confeccionan bienes para todos los lugares del mundo… y son conscientes de que la logística muchas veces se extiende por un amplio número de horas. Asegurar los productos que se envían en un camión o en cualquier otro medio de transporte se convierte, por tanto, en su prioridad.
¿Cuántas veces os ha pasado aquello de que, cuando recibís un producto que habéis comprado online y que llega a vuestra casa, está dañado? La verdad es que este asunto ya es un clásico en todas las conversaciones que tenemos en la actualidad y es lógico que estemos demandando mejoras en lo que respecta a los envíos. Ahí es donde entra un asunto como lo es el de la seguridad, al que ya nos estábamos refiriendo más arriba y que va a hacer posible que las quejas de muchas personas desaparezcan y la satisfacción de los clientes sea mucho mejor. Las empresas catalanas dedicadas al sector de la industria se han tomado esto muy en serio y quizá por ello el sector industrial catalán sea de los mejores de todo el país.
¿De qué manera es posible proteger un producto que va a ser enviado a través de un sistema logístico? La respuesta la tienen los amigos de Bv Pack, especialistas en embalajes elaborados con alta tecnología y excelente calidad. Según ellos, las empresas catalanas han apostado sobre todo por el papel de burbuja para luchar contra las roturas de los bienes y productos en un proceso logístico. Y los resultados están ahí: esas roturas de bienes producidos por empresas industriales catalanas se han reducido en más de la mitad en los últimos años, en los que viene siendo habitual el uso de ese papel burbuja.
Esto no es fruto de la casualidad, por supuesto. Hay muchas cosas que hablan bien de la industria catalana y una de ellas es el hecho de que hayan hecho una apuesta tan firme por el cuidado de sus productos. Por desgracia, esto no es algo que esté siendo copiado en todos los sitios. Hay quien se lo toma más en serio y hay quien sigue el camino contrario y no suele estar tan pendiente de cosas así, que son tan importantes como fabricar artículos de calidad y a bajo coste. Pensad, si no, en la insatisfacción que siente alguien que está esperando algo con ansia y que se da cuenta, una vez que lo recibe, de que no es lo que esperaba y que va a tener que seguir esperando varios días en recibir el producto en condiciones (además de tomarse la molestia de reclamar).
La seguridad es la línea más directa al beneficio
Apostar por garantizar la seguridad de un producto es lo mejor que podemos hacer para tratar de conseguir que sea rentable fabricarlo. Y lo es por dos razones:
- La primera es la más lógica: si reducimos la cantidad de productos que llegan con roturas a las manos de los clientes, no vamos a tener que fabricar dos productos para solo cobrar uno. Y es que lo que llega a manos del cliente roto también tiene un coste económico que la empresa fabricante tiene que pagar.
- En segunda instancia, hay que hablar del marketing que ofrece sentir que la gente confía en nosotros y que saben que les vamos a entregar algo en perfectas condiciones. No hablaría muy bien de una empresa que tuviera un índice alto de roturas en transportes o demás procesos logísticos.
Todo aquello que beneficie a las dos partes en una relación comercial permite que esa relación se refuerce y que haya un vínculo de confianza muy grande entre la empresa que vende y el cliente final (o empresa que actúa como clienta). Y esto siempre va a ser sinónimo de rentabilidad para quien se encuentra vendiendo. A todos y todas nos gusta que, cuando compramos algo, haya un servicio profesional detrás. Y no es para menos que tengamos en cuenta aquello que pueda contribuir a que el producto que hayamos comprado llegue en perfectas condiciones hasta nuestras manos. Lo contrario juega en contra tanto del cliente, que va a enfadarse, como de la empresa, que va a ser considerada como la culpable de que ese producto no haya llegado al destino en las mejores condiciones y va a mermada la confianza que ese cliente ha depositado en ella.
Ojalá que haya muchas empresas que, a partir de ahora, empiecen a cuidar de todo lo que tiene que ver con la seguridad de aquellas cosas que venden. Y ojo, no solo hay que tener especial cuidado con los productos que puedan ser más fácilmente dañados (aquellos que sean fabricados con cristal o vidrio, por ejemplo), sino con todos, con independencia de cuáles sean los materiales que se han usado para llevar a cabo su fabricación. El respeto por un cliente se demuestra así y, con el paso del tiempo, esto potencia una imagen del negocio que va a ser la responsable de hacer que se perpetúe la actividad comercial que estamos llevando a cabo.
Hay comunidades autónomas que se han tomado muy en serio un ejemplo como el que ha marcado Cataluña en materia de seguridad de los productos que salen de sus instalaciones industriales. Y un ejemplo de ello lo podemos encontrar en Castilla y León, que en 2023 se convirtió, hasta el mes de mayo, en la región que lideraba el crecimiento industrial en España habiendo conseguido un crecimiento del 8% con respecto a los datos del año anterior, según indicaba el diario La Razón en un artículo como el que os hemos enlazado en este mismo párrafo. Uno de los motivos que condujeron a que eso fuera así tuvo que ver con el aumento de la inversión castellanoleonesa en productos usados para asegurar los productos que se enviaron a través de transporte terrestre.
Ojalá que haya más comunidades autónomas que tomen ejemplo de lo bueno que se hace en Cataluña, al igual que Cataluña y sus empresas recogen muchos de los avances en materia industrial que también se van desarrollando en otros puntos de España y de Europa. Esta retroalimentación entre unos y otros es básica para que la economía de nuestro país continúe creciendo y que se sitúe entre las más potentes ya no solo de la Unión Europea, sino de todo el mundo. Es responsabilidad de todos los actores que tienen que ver con este sector que así sea. Así que a trabajar y a ponerse manos a la obra.





