Estamos en una época del año en la que aprovechamos normalmente para irnos de vacaciones. Llevamos seguro que varios meses deseándolo y ahora es el momento. Tenemos incluso envidia a ver esas imágenes que nuestros amigos cuelgan en las redes sociales y en las que se les ve en la playa. A veces hasta nos molestan aquellas que salen por televisión anunciando la llegada del buen tiempo. Pues bien, empieza la cuenta atrás para poder disfrutar nosotros también.
Para mí fue mi momento a principios del mes de junio. Desde pequeña siempre he sentido un gran amor por la escritura y la lectura, por el lenguaje en general. Es por esto que decidí estudiar Periodismo y poder hacer de ello mi profesión. No me fue mal y ahora me dedico a la información deportiva, por lo que tuve que adelantar este año las vacaciones para que no coincidiesen con la Copa del Mundo de fútbol que ha tenido lugar en Brasil.
Aprovechando que no hace falta salir de España para tener unos grandes destinos turísticos, decidí ir con mi pareja a Barcelona, que es uno de los lugares más completos para descansar de la rutina laboral. No sólo hay playas estupendas, sino que también puedes hacer turismo, acudir a centros de masajes para relajarte, pasear con sus preciosas y modernas calles, así como sus parques… La Ciudad Condal es única y yo la escogí para mi semana de descanso.
Pensaba que todo iría como la seda y que no tendría que hacer nada más que disfrutar y despojarme del estrés diario, pero no fue así. Como amante de la información, me llevé mi tableta para poder leer los periódicos en su versión online. Más que de noticias, yo soy de reportajes, me gusta la profundidad de los artículos. Es por esto que a veces no me quedo en las simples novedades de las páginas web, sino que empiezo a bucear en Internet hasta encontrar algo interesante y que capte mi atención. En una de esas mañanas en las que estaba desayunando mientras navegaba por Internet, decidí buscar un reportaje que yo misma había publicado. No recordaba bien cuándo había salido, así que en lugar de entrar en la web de mi periódico y perder el tiempo tratando de encontrarlo, puse en Google algunas palabras clave que recordaba haber puesto en la entradilla, de esa forma me saldría rápidamente en los resultados de búsqueda. Y sí, salió, pero me llevé una gran sorpresa.
Además de corresponder las palabras clave con mi reportaje, se encontraban también en otra web de un país sudamericano. Lo habían plagiado prácticamente, no sólo copiando la idea del artículo, sino que hasta algunas frases estaban incluso en el mismo orden y se correspondían las palabras. Mi enfade fue tal que empecé a buscar en Internet acerca de los derechos de autor. Al parecer, el robo de este tipo de derechos es algo bastante frecuente y la defensa de la propiedad intelectual está cada vez más en auge.
Como se trataba de un tema bastante farragoso que no podía solucionar yo sola, decidió acudir a un abogado. Me decanté por la empresa Abbantia y no puedo estar más contenta. Elegí esta compañía porque además de su sede de Barcelona, tienen oficinas también en Madrid, Bilbao, Sevilla, Huelva y Cádiz. Me venía genial porque en Barcelona no me quedaban más que unos días de estancia y podría seguir el proceso con ellos a mi vuelta a la capital.
Tanto la rapidez para ponerse manos a la obra con el asunto como el trato recibido fue estupendo. Se encargaron de hacer todos los trámites y me despreocupé totalmente, así que con apenas una visita a su despacho pude dejar todo en marcha y seguir disfrutando de los días que me quedaban en Barcelona con mi marido.
Si necesitáis un abogado, os recomiendo este bufete encarecidamente. No sólo se encargan de este tipo de cuestiones, sino que también abarcan temas societarios y de corporaciones, propiedad industrial, problemas referentes a lo administrativo, litigios de todo tipo, cuestiones de derecho penal económico, contratación civil y mercantil, derecho laboral, inmobiliario, bancario y financiero, agroalimentario, concursal, fiscal y tributario, energía, derecho comunitario y de la competencia, marítimo y transportes, y lo relacionado con las tecnologías de la información y las telecomunicaciones. Como veis, un despacho de lo más completo con un gran equipo de profesionales que os pueden ayudar desde diversos puntos de la geografía.
Para mí, era la primera vez en mi vida en la que necesitaba el asesoramiento de un profesional de este sector y la experiencia con ellos no ha podido ser mejor. Ahora sólo me falta esperar a que la resolución de mi demanda sea positiva y así hacer justicia.