Según los expertos así debería ser. Tener una sauna en casa y que todo el mundo, pueda disfrutar de un baño de vapor con todos los beneficios que conlleva, sería un ideal. Aunque pueda resultar algo impensable, no se trata de una extravagancia o una extraña utopía. Al contrario, disponer de una sauna en las viviendas, debería ser algo habitual. De hecho, son cada vez más frecuentes las empresas que se dedican a construir saunas para viviendas. Tanto es así que incluso, pueden encontrarse saunas portátiles o de tipo kit, “hágalo usted mismo”. El sector avanza de forma imparable, lo que no es de extrañar, puesto que tomas baños de vapor, resulta de lo más beneficioso para el organismo.
Disponer de una sauna en casa, permite relajarse, recuperarse de las rutinas diarias, aliviar el estrés y los dolores, resulta refrescante y, al mismo tiempo, tiene un punto espiritual, en ocasiones necesario para alcanzar el bienestar emocional. Esto nos lleva a plantearnos si no deberíamos disponer de una sauna en cada vivienda, del mismo modo que disponemos de un cuarto de baño.
Tomar saunas, no solo conlleva una serie de beneficios a nivel personal, al mismo tiempo, revaloriza los inmuebles. Tal y como sucede cuando se instala un hidromasaje en el baño. Este baño creado por los finlandeses resulta más valioso e indispensable de lo que podamos creer a simple vista. En Saunas de Luxe, donde la sauna es el producto estrella, aseguran que tener una sauna privada, no resulta para nada una idea desorbitada. Al contrario, mantienen que todo el mundo debería disponer de una en su vivienda. De hecho, en otros tiempos, la idea de tener los sanitarios en el interior de las viviendas, parecía una barbarie. Se ubicaban en el exterior, en patios o al final de las casas. Sin embargo, en la actualidad, ese sistema no se aplica. Con las saunas, sucede algo similar.
Un plus de bienestar
Quizá la comparación con el baño sea un poco extrema, pero si comparamos la sauna con una piscina, la cosa cambia bastante. Tener una casa con piscina, revaloriza el hogar, supone exclusividad y permite relajarse en el agua sin necesidad de desplazarse. Si tener una piscina en el jardín es natural, la sauna debería serlo por igual. Además de que existe una notable diferencia entre uno y otro elemento: el coste. La sauna no es tan exigente a nivel económico como una piscina. Su mantenimiento es mucho más sencillo y menos costoso.
Otra razón que permite defender el valor de disponer de sauna en casa, es el gran aporte a nivel salud que implica para los usuarios. Tanto a nivel físico como mental, e incluso espiritual, como comentamos anteriormente. En los inicios, la sauna era una excelente manera de acercarse a los dioses y establecer una conexión con ellos.
En pocas palabras, la sauna es valiosa, útil y rentable.
Si ya estas convencido de que tener la sauna en casa es la opción más acertada, ahora toca conocer un poco más sobre su instalación. Empezando por la ubicación. El lugar ideal para instalar la sauna y los requisitos que debe reunir para que todo encaje.
Puesto que la sauna, básicamente, consiste en una caseta de madera que debe estar techada, y encontrarse en un lugar adecuado en el que se mantenga la humedad y el calor, suele instalarse en el jardín. También es posible colocarla en una habitación vacía o alguna zona aledaña al baño. El espacio debe ser lo suficientemente grande para facilitar un uso cómodo.
Pasamos entonces a los elementos necesarios para llevar a cabo su instalación. Lo principal es contar con un sistema de ventilación adecuado. Como bien sabemos, la sauna genera mucho calor, humedad y sobre todo, vapor. Resulta imprescindible, por lo tanto, que cuente con un sistema de ventilación que garantice la adecuada circulación del aire. Con esto se evita que se acumulen gérmenes y bacterias.
Lo siguiente que necesitamos para poder instalar la sauna, es disponer de agua limpia. La mayoría de los beneficios que reporta una sauna, proceden de la evaporación del agua. Esta debe ser limpia y, de ser posible, destilada.
Con estos dos elementos, ya podemos montar la sauna sin mayor problema. Teniendo en cuenta que el mantenimiento es esencial para poder aprovechar al máximo los beneficios que proporciona. Aunque como ya hemos comentado, las saunas no son muy exigentes en este aspecto. Resulta bastante fácil de limpiar y es suficiente con hacerlo de forma periódica. Cada quince días, es necesario sacar los tableros de madera, limpiar la superficie, desodorizarla, revisar los tubos de ventilación, comprobar que no haya filtraciones y evitar que haya áreas vacías excesivas, perjudiciales para la limpieza.
Por último, dentro de los aspectos relativos a su mantenimiento, prestar atención a las medidas de seguridad. Aunque una sauna en casa no supone ni representa peligro, conviene tener en cuenta cuales son los elementos de seguridad indispensables. El calentador del agua, debe disponer de un sistema preparado para evitar cortocircuitos. La puerta de la sauna no debe tener pomo, siendo el cierre automático. Respecto a los tableros que cuentan con elementos metálicos, los mismos deben estar recubiertos con toallas o telas, de manera que se eviten las quemaduras de piel.
Beneficios a todos los niveles
Tener la sauna en casa facilita la vida. Es posible que a primera vista, no reparemos en todo lo que conlleva instalar una sauna en el jardín o alguna estancia de la casa. Lo cierto, no obstante, es que los beneficios son bastante evidentes, aun así, vamos a enumerar algunos de ellos, para aquellos que todavía, tengan dudas.
Uno de los beneficios más notables es la privacidad que ofrece. Si bien es cierto que la sauna se creó para disfrutar en comunidad, los tiempos han cambiado y no estamos en Finlandia. En la actualidad, puede resultar incómodo para muchos, el hecho de compartir un baño de vapor con desconocidos desnudos. Esto limita las posibilidades, por lo que disponer de sauna en casa, ofrece esa posibilidad de disfrutar de un baño en grupo, con la salvedad de que controlas quien está en ella. Además de poder disfrutar de tu sauna en soledad si te apetece desconectar.
Sin duda, la sauna es un lugar para relajarse, disfrutar y dejar a los vapores que hagan su trabajo en el cuerpo. Esto es muy difícil de logar en una sauna pública, con un acceso difícil, abarrotada o con poco espacio. Montar la sauna en casa, conlleva un nivel de estrés de cero.
Pasamos a otra de sus ventajas: se hacen a medida. Al adquirir la sauna, se eligen las medidas y dimensiones adecuadas y a gusto del propietario. Así mismo, dispondrá de todos los detalles y elementos necesarios y ofrecerá una calidad máxima en todos los sentidos.
El horario lo marcas tú. Una sauna pública no permite acceder a ella en cualquier momento, pero si la tienes en tu casa, no habrá problemas de tener mucho trabajo, carecer de tiempo para llegar antes de que cierren o esté abarrotada… Disponer de la sauna en casa elimina todo este tipo de inconvenientes, permitiendo que el usuario disfrute de su baño de vapor con la mayor comodidad y dentro del horario que más se ajuste a sus necesidades. Fuera estrés, fuera desplazamientos.
Toca pasar a los beneficios que conlleva la sauna para la salud. Aunque estos, cabe decir que son iguales en cualquier caso, tanto si la sauna es privada como pública. Salvo el estrés citado.
A nivel epidermis, la sauna permite exudar las impurezas que se acumulan en el cuerpo y la piel, ayudando en gran medida a las personas que padecen de acné o tienen un cutis graso.
Pero la piel no es la única que se beneficia de un baño de vapor. A nivel pulmonar, la sauna despeja las vías respiratorias. El vapor resulta ideal para desintoxicar y liberar los bronquios. Resulta de gran eficacia para ayudar en el tratamiento de la sinusitis, la tos, bronquitis, el resfriado común, alergias o cualquier tipo de malestar que afecte al pulmón y las vías respiratorias.
Posee al mismo tiempo de un efecto analgésico, el vapor de agua caliente, es ideal para relajar los músculos, aliviar los dolores, bajar la inflamación y los hematomas. Se trata de un excelente aliado del entrenamiento deportivo para recuperarse del ejercicio físico.
A consecuencia de los niveles de relajación que se alcanzan en la sauna, se trata de una manera excelente para serenarse a nivel psicológico, aliviar el estrés, la ansiedad, reducir la taquicardia y minimizar las preocupaciones. En algunos casos se utiliza como remedio para el insomnio.
Evidentemente, la sauna aporta incontables beneficios, como los reseñados. En este sentido, no tiene mucha importancia el tipo de sauna del que se trate que, puede ser el modelo de baño turco, la sauna de infrarrojos, la sauna ahumada o la sauna eléctrica. Lo importante es poder tomar un baño de sauna de forma regular y para ello, nada mejor que montar la sauna en casa. Visto lo visto, como sucedió con el asunto del baño, es muy probable que en un futuro no muy lejano, todas las viviendas, dispongan de su propia sauna.