Barcelona siempre se ha caracterizado por estar a la vanguardia en muchas cosas, y entre ellas los servicios.
La preocupación del entorno de esta ciudad por el bienestar de la población anciana se refleja en la multitud de servicios de apoyo y ayuda a las familias y la calidad de sus residencias geriátricas. Las residencias de ancianos ubicadas en Barcelona cuentan con unidades específicas para el tratamiento del párkinson o la demencia senil, con lo que el cuidado de enfermos con estos problemas está garantizado, con una atención cariñosa y personalizada y constante comunicación con las familias.
Además, los spa ofrecen masajes relajantes y terapéuticos que pueden servir a las personas mayores para aliviarse de las preocupaciones o tratar alguna dolencia de manera concreta.
Las calles de Barcelona son muy amplias, con un espacio instalado para carril bici, y cantidad de parques y bancos en los que disfrutar cómodamente de la ciudad. El ancho de sus aceras permite a los paseantes caminar despacio sin entorpecer el tráfico. Sin querer barrer para casa, pero obligados a mencionarlo, la duración de los semáforos en verde en Barcelona es mucho mayor que en otras grandes ciudades de España como Madrid, y el estilo de conducción suele ser más relajado. Aunque parezca poco importante, muchas personas mayores sufren caídas en la calle con consecuencias graves por intentar apresurarse a cruzar a acera (debido a la insuficiente duración del semáforo para los peatones) o por el más estado del pavimento.
Estos son los principales motivos por los que las personas mayores (y personas con carritos o tacatás) están mejor atendidas y consideradas en esta magnífica ciudad.
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