Las imágenes de los océanos llenos de plástico son bastante decepcionantes, hemos fallado como sociedad a la hora de cuidar nuestro planeta. Y estamos hipotecando el futuro de las siguientes generaciones que van a ver cómo la contaminación les come y los recursos naturales se acaban.
Más allá de las medidas que tomen los políticos que son las que deben de cambiar el rumbo del planeta, los ciudadanos también debemos de poner nuestro granito de arena reciclando todo lo posible. Y no solo basta con separar, esto es muy básico, sino que debemos de ser consciente de todos los desechos que generamos, algo en lo que se basa la economía circular. Recientemente renové mis ventanas con la empresa Aluminios Franco, que durante más de cuarenta años lleva trabajando con el aluminio en sus diferentes aplicaciones, y al preguntar qué harían con las ventanas que cambiaron me respondieron que el reciclaje es la única opción. Y da gusto ver a empresas comprometidas con el medio ambiente.
Lo interesante de esto es que el reciclaje del aluminio es bastante desconocido, y es algo que debemos de cambiar, pues el aluminio es un recurso reutilizable que utilizamos a diario y que juega un papel fundamental en nuestras vidas. Y de esto trata el artículo de hoy, pues vamos a ver cuál es el proceso de reciclaje, siendo una parte fundamental la clasificación de los distintos tipos de aluminios.
El ciclo de reciclado del aluminio
El reciclado del aluminio es un proceso complejo, en el que intervienen diversos factores. Tanto sus canales de recuperación como sus aplicaciones y mercados presentan múltiples posibilidades. El papel del recuperador se convierte en fundamentar ya que se encuentra en el centro del “ciclo” y colabora en forma decisiva para darle el mejor uso posible a un material que puede ser reciclado prácticamente en un 100%
El aluminio usado llega principalmente por dos canales: de los desechos del consumo ya sea doméstico o industrial (por ejemplo, cables eléctricos, planchas litográficas, latas de bebidas, otros envases y embalajes, desguace de vehículos, derribos, etc.) y de los recortes y virutas que se producen durante la fabricación de productos de aluminio. Por lo tanto, para los recuperadores mayoristas, puede haber diferentes tipos de proveedores: la industria en general, fábricas, pequeños talleres, plantas de selección, minoristas o mayoristas, poniéndose de manifiesto una creciente internacionalización de este sector.
Existen muchos tipos de aluminio distintos que se comercializa en el mercado de la recuperación, pero se pueden agrupar básicamente en cuatro: los productos laminados (planchas de construcción, planchas de imprentas, papel de aluminio, partes de carrocerías de vehículos…), los extrusionados (perfiles para ventanas, piezas para vehículos…), los aluminios moldeados ya sea por gravedad o por inyección (piezas para motores, manubrios de las puertas, etc.) los trefilados para la fabricación de cables y otros usos.
La industria también clasifica el aluminio en primario, cuando se extrae de su mineral bauxita, y de segunda fusión, cuando su materia prima básica son las chatarras y recortes de aluminio provenientes de aluminio ya usado y de recortes de fabricación. Se utiliza aquí el término “chatarra” en sentido amplio, como desechos de productos metálicos ya utilizados, conscientes de que el sector recuperador aplica principalmente este término a los desechos de productos de hierro y acero.
Una vez llega el aluminio usado al recuperador, éste se encarga de darle la preparación óptima para su comercialización. En el caso de los mayoristas, por ejemplo, tratan de estandarizar la calidad del material para el cumplimiento de las normas nacionales e internacionales que existen en el sector. Para ello, el comerciante de chatarras tiene que preparar el aluminio, separándolo de los restos de otros metales y materialespor diversos métodos ( manualmente, fragmentado, triturado, cizallado, etc..).
Las refinerías de aluminio son el último eslabón de la cadena de reciclaje de este material. Normalmente sus compras exceden las 10 toneladas, por lo que sus suministradores son siempre recuperadores mayoristas. Cuando se ha llegado a un acuerdo de compra con ellos, se realizan análisis generales de la materia prima para verificar sus características. Además, cuando el material entra en la refinería, también se analizan muestras de cada camión para evitar introducir en el horno sustancias no indicadas para el proceso de producción de la refinería.