Hace escasos meses, aprovechando que parece que la economía familiar va mejorando, me decidí a que mi chalet en Los Ángeles de San Rafael (Segovia) tuviera piscina. Mi mujer era un poco reacia a ponerla por los gastos y demás, pero ahora parece que corren mejores tiempos y lo cierto es que además de ser de lo más refrescante en verano, aprovechamos para reformar la casa y dejarla lista para bastantes años.
La experiencia es básica a la hora de elegir una piscina
Una vez decidido que queríamos una piscina, teníamos que buscar que tipo de piscina queríamos y contactar con una empresa que nos hiciera un presupuesto ajustado.
Mi trabajo de comercial por la zona sur de Madrid y zonas limítrofes de Toledo (incluida Talavera de la Reina) me permite conocer a muchos clientes, hablando del tema de las piscinas, un cliente de Casarrubios del Monte me comentó que en la localidad había una empresa que trabajaba muy bien http://www.piscinasdtp.com/.
Aprovechando que me encontraba en el pueblo, me pasé por su sede y les comenté mis ideas para la piscina. Salí de la reunión bastante contento, lo primero por su seriedad e interés en mis opiniones, algo que como comercial valoro mucho cuando soy cliente.
Además de la amabilidad, me aconsejaron sobre los modelos que actualmente se llevan más y los materiales que mejor funcionan. Para mí era importante que los materiales fueran resistentes, ya que la urbanización durante gran parte del año es bastante fría y el mal tiempo es común varios meses al año.
En cuanto a materiales me comentaron que ellos estaban especializados en la fabricación de piscinas de poliéster reforzado, sometiendo a todos los productos a controles de calidad muy rigurosos para que la piscina cumpliese con todas las medidas de seguridad que impone la UE.
Ellos además de piscinas también realizan spas y saunas, así que les comenté la posibilidad de un encargo extra para hacer una pequeña sauna en el baño de la planta de arriba del chalet, algo que llevábamos tiempo detrás de ello y haría más agradable la estancia durante todo el año para relajarnos después de nuestras caminatas o nuestros paseos con la bicicleta.
Como decía, ellos se encargaron de todo el proceso, diseñando y construyendo la piscina e instalándolo en nuestro hogar, no tuvieron problema alguno en explicarnos las dudas que teníamos y nos indicaron la ubicación más indicada para situar nuestra piscina.
No dieron una garantía de estanqueidad de 10 años y el plazo de entrega se ajustó a lo acordado. Tan satisfechos hemos quedado que como su red comercial está por toda España, no dudamos en pasarles el contacto de un compañero de trabajo que buscaba instalar una piscina en su chalet de Navalcarnero.
Ahora que tenemos la piscina, y que se acerca el verano, es el momento para disfrutar de la piscina, no vemos el día de abrir nuestra “temporada de verano”. Lo cierto es que tener una era algo que nos apetecía, pero que durante mucho tiempo el coste y el mantenimiento era lo que nos echaba más atrás.
Al final hemos visto como tener una piscina no es tan caro y más si das con unos profesionales que de verdad se interesan por tus verdaderas necesidades. No nos intentaron vender una piscina enorme, buscaron adaptarse realmente a lo que buscábamos, al tamaño de la parcela y a las necesidades de un matrimonio con dos hijos pequeños.
Con el tiempo me di cuenta que, en el terreno de la parcela, las otras opciones más baratas como eran hacer una plantación o un sitio de juegos a la larga no íbamos a disfrutarlas tanto, en el caso de plantar, no soy tan aficionado y con el tiempo me daría pereza, en el caso de los juegos, en 7/8 años mis hijos dejarían de dar uso a la zona de juegos.
Ahora con la piscina podremos tener nuestros momentos de relax y en verano tendremos una zona donde poder refrescarnos, que en la montaña el sol durante el día pega bastante. En resumen, esta inversión nos va a permitir poder disfrutar tanto a niños como mayores y estamos la mar de satisfechos, así que ya sabes, si estas en duda como estábamos nosotros, apuesta por poner una piscina en tu parcela, merece la pena.