Cuando se suele hablar de cómo afecta la lluvia a las piscinas, está claro que las heladas, la lluvia, el granizo o las nevadas, pueden llegar a afectar muy negativamente, no solo al agua, también a la propia estructura con la que cuentan las piscinas. Las cubiertas o cúpulas son fundamentales para que la lluvia no llegue a afectar a la calidad del agua en el interior de la piscina. De esta forma, no se tiene que limpiar en tantas ocasionas los fondos de las piscinas o hacer mantenimientos, que al final terminan arruinándose por el agua de lluvia, algo que hace por lo que cada vez más se opte por hacer un cerramiento en la piscina.